El resplandor borra las sombras. Miro por la ventana, a primera vista solo veo luces. Las ciudades compiten por exhibir más luces, millones de luces para adornar el árbol más grande y fastuoso en medio de la plaza principal. Las calles adyacentes también están desbordantes de luces y de personas que intentan cruzarlas. La gente apenas puede recorrer tramos cortos de calles adornadas con figuras alegóricas. Apenas se nota el movimiento de las siluetas que se desplazan. No se camina, se ondea. Se aglomeran delante de las tiendas, se detienen para tomar fotos, una forma de fijar momentos de euforia colectiva. Y decir mañana, ven, yo formaba parte de la fiesta, yo también estuve allí.
Anoche, observaba desde la ventana la calle iluminada. Vivo en una zona céntrica. Las banderas del hotel de cinco estrellas ondeaban por el viento; a lo largo de la avenida las hojas de las palmeras no eran menos; debajo, a paso lento, se movía la multitud indiferente al torbellino de los vientos y de los acontecimientos no festivos más lejanos. Causa el resplandor de las luces, solo veía sombras agolpadas en espacios estrechos por creaciones fantasiosas que las obligan a caminar a paso lento. ¿Alguna vez has intentado fijarte en cada bombilla, individualmente, para luego pasar a la siguiente? No lo he conseguido. Y luego, ¿con qué propósito? Por ejemplo, para apagar una sí y una no, para desviar el ahorro hacia la reapertura de la Biblioteca Municipal de mi ciudad cerrada desde agosto por derrame de agua. La primera nota disonante.
¡Feliz Navidad desde el país de las fosas comunes! - Buon Natale dalla terra delle fosse comuni! - Merry Christmas from the land of mass graves! - Joyeux Noël depuis le pays des charniers ! - Feliz Natal da terra das valas comuns! - Frohe Weihnachten aus dem Land der Massengräber!
De repente empecé a oír un concierto de notas desafinadas. En la televisión estatal, ¡la TVE del país de las 6000 fosas comunes, floreciente de campeones deportivos y contradicciones, que, trascendiendo los límites de la historia, la religión y el folclore, fundidos en el turismo, lo ha vuelto más productivo que el resto de la vieja Europa!, pasaban las noticias: alerta meteorológica, número de muertos causados por la DANA, por las bombas, muertos y heridos en Ucrania, Gaza, el árbol navideño más alto, la coreografía de luces más espectacular. Todas las noticias eran reportadas por la presentadora de televisión en las olas de victorias deportivas, de premios de lotería, noticias leídas con la misma tonalidad, sin inflexión de voz, sin dibujar una arruga en la frente, ni siquiera momentánea, para subrayar las diferencias entre despilfarros y carencias, entre enemistarse con el país vecino y permanecer sometido al país hegemónico lejano, entre casualidades históricas y efectos contingentes. El ritual mediático comprime y anula las imágenes disonantes; pocas secuencias, ningún impacto, salvo entre las personas que catalogan los restos de sus familiares.
Y en la algarabía de sonidos navideños, de luces y colores, me topé con dos libros francamente conflictivos con la época festiva del año. De esos que te imponen una imagen fija.
Me ha impactado aprender sobre episodios desconocidos de la guerra civil española. No sé si la fosa marina de San Andrés -ni siquiera sabía de su existencia- forma parte de las seis mil identificadas. Lo digo parafraseando a la escritora María del Mar Rodríguez, ahora yo también miro el mar de otra manera, no solo por las muertes causadas por olas anómalas de turistas que buscan selfis sensacionales. Entiendo que el fondo del océano es nuestra gran fosa común. La novela histórica La Tuerta cuenta del periodo franquista en el que se gritaba por hambre y se callaba por miedo. Esta secunda novela además de confirmar la escritora a la altura de los grandes narradores, evidencia su participación emocional del lado de los vencidos. Pero la sensatez de unos pocos sigue siendo marginal. Predomina el dejarse llevar por el brillo consumista. Desde la mitad del siglo pasado, el ejercicio del poder ha cambiado. La violencia de las escuadras dio paso a la manipulación. La tecnología tiene ya la función de un auténtico domesticador. Con sus redes sociales mantiene enganchadas a las masas, empobreciendo día a día la visión del presente en un marco histórico incapaz de reacción.
Los nuevos sistemas tecnológicos nos obligan a agachar la cabeza, a actuar como autómatas. Se habla por hablar de instituciones democráticas. El poder ha pasado de mano a las grandes corporaciones de Silicon Valley. De hecho, delega en los consejos de administración, y no en el derecho público, la tarea de establecer nuevas normas. El Pentágono firmó un contrato de diez mil millones de dólares con Palantir Technologies. Y Peter Thiel, fundador de Palantir, salió en la tele y, con total descaro, declaró la Verdad desde su atalaya privilegiada: "la libertad y la democracia ya no son compatibles".
La cultura, y en especial la literatura, cumplen el papel del jilguero introducido en la mina. Cuando es demasiado tarde nos damos cuenta de la pérdida de oxígeno.
“Se ganaba y se perdía. Con las trincheras los soldados se trasformaron en ratas. No había ni ganadores ni perdedores. Solo ratas. Ratas alemanas, ratas francesas. E inglesas, canadienses, italianas. Venían del mundo entero para transformarse en ratas… La ‘última de las ultimas’ no fue la última [guerra]... Empezó en 1914 y sigue hoy. Heridos, muertos, monumentos, conmemoraciones y desfiles. Y todo para volver al punto di partida”. (El soldado desafinado, Gilles Marchand)
Premios Nobel de la Paz concedidos en el marco de preparativos de guerra terrorismo de estado: a Europa en el 2012, sirvió de coartada para Euromaidan dos años después. Considerando el periodo navideño, se ruega buscar esta u otras correlaciones por separado. Pronto llegarán los desfiles de Carnaval con innovadoras herramientas de muerte disfrazadas de paz. O de ayuda humanitaria, o de otra palabra de mentira llamada quién sabe cómo. No hace falta buscar en el diccionario: su verdadero significado habrás que buscarlo entre los escombros. No obstante, ¡Ánimo!
¡Superado el primer cuarto de siglo, a por el siguiente! - Superato il primo quarto di secolo, passiamo al successivo! - Das erste Vierteljahrhundert ist geschafft, auf zum nächsten! - Passado o primeiro quarto de século, que venha o próximo! - Le premier quart de siècle passé, place au suivant !
Buon Natale da un paese vestito a festa!
All'improvviso, ho iniziato a sentire un concerto di note discordanti. Sulla televisione di stato – TVE, la televisione della terra delle 6.000 fosse comuni, fiorente di campioni sportivi e contraddizioni, che, trascendendo i limiti della storia, della religione e del folklore, fusa con il turismo, è diventata più produttiva del resto della vecchia Europa! – passavano le notizie: allerte meteo, il bilancio delle vittime della tempesta DANA, delle bombe, i morti e i feriti in Ucraina, a Gaza, l'albero di Natale più alto, il più spettacolare spettacolo di luci. Tutte le notizie venivano riportate dalla presentatrice televisiva tra ondate di vittorie sportive e vincite alla lotteria, notizie lette con lo stesso tono, senza alcuna inflessione di voce, senza una sola ruga sulla fronte, nemmeno per un attimo, a sottolineare le differenze tra stravaganza e scarsità, tra l'antagonismo con il paese vicino e il rimanere sottomessi alla lontana potenza egemonica, tra coincidenze storiche ed effetti contingenti. Il rituale mediatico comprime e cancella immagini dissonanti; poche sequenze, nessun impatto, tranne che tra quelle che catalogano i resti dei loro parenti.
E in mezzo alla cacofonia di suoni, luci e colori natalizi, mi sono imbattuto in due libri che sono francamente in contrasto con il periodo festivo. Di quelli che ti impongono un'immagine fissa.
Sono rimasto colpito dall'apprendere di episodi sconosciuti della Guerra Civile Spagnola. Non so se la fossa comune di San Andrés – non ne sapevo nemmeno l'esistenza – sia tra le seimila identificate. Lo dico parafrasando la scrittrice María del Mar Rodríguez: ora anch'io vedo il mare in modo diverso, non solo a causa delle morti causate da ondate anomale di turisti in cerca di selfie sensazionali. Ho capito che il fondale oceanico è la nostra grande fossa comune. Il romanzo storico *La Tuerta* racconta del periodo franchista, quando la gente urlava per la fame e taceva per la paura. Questo secondo romanzo, oltre a confermare il posto dell'autrice tra i grandi narratori, rivela il suo coinvolgimento emotivo con i vinti. Ma la saggezza di pochi rimane marginale. Prevale la cedevolezza al fascino del consumismo. Dalla metà del XX secolo, l'esercizio del potere è cambiato. La violenza dei gruppi armati ha lasciato il posto alla manipolazione. La tecnologia ora funziona come una vera e propria domatrice. Con i suoi social network, tiene le masse agganciate, impoverendo la nostra comprensione del presente giorno dopo giorno, in un contesto storico incapace di reagire.
I nuovi sistemi tecnologici ci costringono a chinare la testa, ad agire come automi. Le istituzioni democratiche vengono discusse per il gusto di parlare. Il potere è passato nelle mani delle grandi aziende della Silicon Valley. Di fatto, delega il compito di stabilire nuove regole ai consigli di amministrazione, non al diritto pubblico. Il Pentagono ha firmato un contratto da dieci miliardi di dollari con Palantir Technologies. E Peter Thiel, fondatore di Palantir, è apparso in televisione e, con totale audacia, ha dichiarato la Verità dal suo punto di osservazione privilegiato: "libertà e democrazia non sono più compatibili".
La cultura, e in particolare la letteratura, svolge il ruolo del cardellino introdotto nella miniera. Quando è troppo tardi, ci rendiamo conto della mancanza di ossigeno.
“Ci sono state vittorie e sconfitte. Con le trincee, i soldati si sono trasformati in topi. Non ci sono stati né vincitori né vinti. Solo topi. Topi tedeschi, topi francesi. E inglesi, canadesi, italiani. Sono venuti da tutto il mondo per trasformarsi in topi… L'‘ultimo degli ultimi’ non è stata l'ultima [guerra]… È iniziata nel 1914 e continua ancora oggi. Feriti, morti, monumenti, commemorazioni e parate. E tutto per tornare al punto di partenza.” (Il soldato stonato, Gilles Marchand)
Premi Nobel per la Pace assegnati nel contesto dei preparativi bellici e del terrorismo di Stato: il premio del 2012 all'Europa è servito da pretesto per Euromaidan due anni dopo. Considerando il periodo natalizio, si prega di cercare separatamente questa o altre correlazioni. Presto arriveranno le sfilate di Carnevale, con innovativi strumenti di morte travestiti da pace. O aiuti umanitari, o qualche altra parola ingannevole chiamata chissà cosa. Non c'è bisogno di cercarla sul dizionario: dovrete trovarne il vero significato tra le macerie. In ogni caso, tenete duro!